A instalación subterránea de cables de fibra óptica presenta múltiples desafíos técnicos y requiere una planificación cuidadosa para garantizar tanto la integridad como la durabilidad de la red. A diferencia de las instalaciones aéreas, los cables subterráneos están protegidos contra factores como el clima, pero enfrentan riesgos específicos como el daño por excavaciones no planificadas, la presencia de otros servicios subterráneos y roedores, entre otros.
Uno de los aspectos clave en la instalación subterránea es la profundidad y el tipo de protección utilizados. Los cables generalmente se entierran a profundidades de 45 a 90 centímetros, dependiendo de las regulaciones locales y del tipo de suelo. Para mejorar la protección, es común el uso de conductos reforzados, que no solo resguardan los cables de daños físicos, sino que también facilitan el mantenimiento y reducen el riesgo de interferencia con otros servicios subterráneos. En áreas urbanas densamente pobladas, donde el espacio subterráneo está saturado de infraestructuras, métodos como el microtrenching ofrecen una solución eficiente al cortar zanjas más estrechas y menos profundas, minimizando la interrupción de otros servicios y optimizando la instalación de cables de fibra óptica.
Además, la selección de materiales adecuados es crítica. Los cables con armaduras metálicas y recubrimientos resistentes a la humedad y la compresión son esenciales en entornos donde hay presencia de roedores, por ejemplo.
Fibramérica ofrece un gama amplia de soluciones diseñadas para enfrentar estos desafíos, combinando tecnologías avanzadas con prácticas de instalación optimizadas para garantizar la longevidad y el rendimiento de las redes de fibra óptica subterráneas. Visite nuestra página web para conocer más sobre nuestros cables subterráneos o entre en contacto con nuestro equipo
