12-Core ADSS Fiber Optic Cable, G652D, 120m Span
12-core G652D ADSS fiber cable designed for 120m spans in outdoor aerial applications
La precisión técnica no es un lujo, es una necesidad. Hablar correctamente no consiste solo en traducir palabras, sino en comprender códigos. En América Latina, donde cada país ha desarrollado su propio “dialecto” técnico, esa traducción se vuelve esencial. Si un distribuidor pide un cable ASU y el fabricante entiende GYFFY, el problema no es semántico: es operativo. Ahí se juegan tiempos de entrega, costos logísticos y compatibilidad de instalación.
La coexistencia de distintos lenguajes técnicos forma parte del ADN del mercado óptico latinoamericano. Mientras los instaladores y proveedores hablan de cables ADSS, DUCTO, ASU, MINI ADSS, ARMADOS o DROP, los fabricantes —en su mayoría asiáticos, responsables de más del 80 % de los suministros de la región, según Omdia 2024— se guían por nomenclaturas estructurales como GYTA, GYTS, GYFTY, GYXTW, GYFFY, GJYXCH o GJYXFCH. Cada combinación de letras describe una configuración específica, y entender su equivalencia se ha vuelto tan importante como conocer la ruta de instalación.
Un ejemplo clásico es el cable DUCTO, término ampliamente usado en Ecuador, Perú o Chile. En la práctica, esta denominación corresponde a los modelos GYTA y GYTS: el primero utiliza cinta de aluminio como barrera contra la humedad; el segundo, cinta de acero para reforzar la resistencia mecánica. Ambos son cables de tubo holgado con armadura metálica, pero su comportamiento frente al entorno es distinto. El aluminio protege mejor en zonas costeras o húmedas, mientras que el acero soporta mejor el aplastamiento o la presión del suelo. Elegir entre uno y otro depende menos de la costumbre y más de las condiciones de instalación y los parámetros mecánicos del proyecto.
Hay variantes reforzadas, como el GYTA53 o GYTS53, que añaden doble armadura —aluminio y acero— para entornos severos o con riesgo de daño por roedores. También existen modelos como GYFTY o GYXTW, diseñados originalmente para tendidos aéreos o mixtos, que algunos importadores utilizan como “ducto ligero” en obras con exigencias moderadas. El criterio técnico, más que la denominación local, debe guiar siempre la elección.
El caso del ASU resume bien esta diversidad. En América Latina se lo conoce con nombres como Mini ADSS o simplemente “el cable económico”, pero en el lenguaje de los fabricantes chinos se identifica como GYFFY. Es un cable autoportado dieléctrico, de estructura unitubo, pensado para vanos cortos —usualmente entre 80 y 120 metros—. Su bajo peso y facilidad de instalación lo vuelven ideal para tramos rurales o accesos secundarios, pero no reemplaza a un ADSS, que soporta mayores tensiones y distancias. Usar uno en lugar del otro puede parecer una decisión menor, aunque en campo la diferencia se mide en roturas, tiempos y costos.
Más cerca del usuario final, el cable DROP es el encargado de llevar la fibra óptica hasta el hogar. En los catálogos internacionales se reconoce principalmente como GJYXCH o GJYXFCH, según el tipo de refuerzo que incorporen. El primero utiliza un mensajero de acero, que ofrece robustez para instalaciones aéreas o en fachada; el segundo recurre a un refuerzo dieléctrico (FRP), ideal para interiores o entornos donde se evita el metal. Ambos comparten una estructura plana con una o dos fibras centrales, refuerzos laterales y una cubierta exterior que puede ser polietileno (PE) o baja emisión de humo (LSZH), dependiendo del entorno de instalación. La elección entre una versión u otra influye directamente en la durabilidad, la seguridad y la facilidad de tendido de las redes FTTH.
Estas diferencias, que a primera vista parecen simples matices, tienen un impacto real en la logística, la calidad y el costo total de los proyectos. Por eso, cada vez más distribuidores y operadores en América Latina adoptan las nomenclaturas internacionales en sus órdenes de compra y documentación técnica. Hablar el mismo idioma que el fabricante evita confusiones y asegura coherencia en todo el proceso, desde la cotización hasta el despliegue final.
En ese contexto, Fibramérica acompaña a sus clientes importadores con soporte integral, tanto técnico como logístico, para que cada cable llegue a destino sin contratiempos. Su equipo de especialistas asesora en la elección de estructuras, materiales y equivalencias, y lo hace en el mismo idioma y huso horario del cliente, acortando la distancia entre fábrica y proyecto. En un mercado donde cada minuto cuenta, esa cercanía técnica y cultural se traduce en algo simple pero esencial: comprar con tranquilidad.
Porque, al final, la interoperabilidad de una red no empieza en el empalme, sino en el lenguaje. Estandarizar no es burocracia, es coordinación inteligente. En la fibra óptica, cada sigla cuenta una historia, cada código define una función y cada confusión puede alterar el flujo de la luz. Cuanto más sincronizados estén fabricantes, distribuidores y operadores, más clara —y más potente— será la señal que conecte a toda América Latina.
12-core G652D ADSS fiber cable designed for 120m spans in outdoor aerial applications
Durable 24-core ADSS cable with 120m span capacity, designed for outdoor aerial deployment | Mod.…
High-capacity 48-core ADSS cable for 120m spans, built for outdoor aerial installations | Mod. FAB‑ADSS‑48FO‑120
Ultra-high capacity 96-core ADSS cable for 100m spans, ideal for outdoor aerial infrastructure | Mod.…
144-core G652D ADSS fiber cable engineered for 120m aerial spans with durable all-dielectric self-supporting design
ONU Bridge y la eficiencia silenciosa en la arquitectura PON moderna En el mundo de…

XPON: la nueva frontera del negocio óptico para distribuidores latinoamericanos El impulso que la inteligencia…

Cómo el Conector J de Fibramérica acelera los despliegues de fibra sin comprometer la calidad…

Monomodo o multimodo: cómo elegir la fibra óptica ideal para cada red La precisión técnica…

ONU Bridge y la eficiencia silenciosa en la arquitectura PON moderna En la infraestructura óptica…
