
En la infraestructura óptica contemporánea, la búsqueda de eficiencia pasa menos por innovaciones visibles y más por optimizar la arquitectura invisible. En este escenario, las ONUs en modo Bridge resurgen como piezas clave para redes PON (Passive Optical Network) más ordenadas, estables y sostenibles.
El modo bridge se fundamenta en un principio simple: separar el transporte óptico del procesamiento IP. En lugar de incorporar enrutamiento, Wi-Fi o NAT, la unidad óptica actúa como puente Ethernet transparente entre el OLT y el CPE del usuario. Esto permite que la gestión de red, las políticas de QoS y las configuraciones de seguridad se centralicen en el núcleo del ISP, con efectos medibles en eficiencia operativa.
De acuerdo con experiencias de campo en redes FTTB y FTTH de América Latina, los proveedores que migran parte de su parque de ONTs a ONUs Bridge reportan reducciones de hasta 20 % en tiempo de soporte técnico y 15 % en consumo energético promedio por cliente. Estos valores varían según topología y control remoto, pero confirman una tendencia hacia redes más simples y sostenibles.
La FAB-202YS es un ejemplo representativo de esta filosofía: una ONU XPON de capa 2 con soporte para VLAN 802.1Q, control de ancho de banda y multicast IGMP. Su diseño compacto y bajo consumo (<6 W) la hacen ideal para despliegues densos donde la prioridad es estabilidad y bajo mantenimiento.
Complementariamente, la FAB-325YS ofrece un modelo híbrido, capaz de operar tanto en modo Bridge como Router según el perfil del servicio. Con soporte para IPv4/IPv6, NAT por hardware y gestión remota TR-069, permite a los ISPs ajustar la capa de control sin reemplazar equipos. Esta dualidad técnica refleja la transición del mercado hacia soluciones más adaptables.
No obstante, el modo Bridge no es una solución universal. Requiere que el proveedor disponga de un sistema de gestión centralizado y que el usuario final cuente con un CPE externo si necesita funciones de red local o Wi-Fi. En entornos residenciales donde el soporte al cliente depende de la autoconfiguración, un CPE integrado puede seguir siendo preferible.
Aun así, en redes PON de mediana y gran escala, la simplificación estructural que aporta el Bridge es tangible: menos puntos de falla, mayor interoperabilidad y un TCO reducido. Respaldadas por estándares internacionales como ITU-T G.984 (GPON) y IEEE 802.3ah (EPON), estas ONUs garantizan compatibilidad y longevidad tecnológica, dos factores críticos en la amortización de infraestructura.
En síntesis, la ONU Bridge no compite con la ONT: redefine su papel. Mientras la primera prioriza eficiencia y control centralizado, la segunda mantiene autonomía local. El desafío para los ISPs no es elegir entre ambas, sino determinar en qué capa conviene situar la inteligencia de la red.
El equilibrio entre simplicidad, interoperabilidad y costo operativo marca el nuevo paradigma del acceso óptico. En ese terreno, la ONU Bridge se consolida como una decisión técnica madura, lista para sostener la próxima década de expansión de las redes PON en la región.
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